A menos de un mes del traspaso de mando, Arévalo confía en que “no hay dudas de que vamos a asumir”

A poco menos de un mes del traspaso de mando en Guatemala, el presidente electo Bernardo Arévalo de León dijo confiado que “no hay dudas de que vamos a asumir”, incluso con los intentos del oficialismo por evitarlo. Asimismo, dijo que “no entramos con miedo a esta gestión de gobierno” sino que, por el contrario, lo hacen “determinados y fortalecidos” ya que “hemos encontrado un respaldo social generalizado”.

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Las declaraciones del mandatario, durante una entrevista con la agencia AFP, se dieron luego de reiteradas maniobras de la Fiscalía, con las que buscó inhabilitar al político y a su partido, el Movimiento Semilla, para que no pueda concretarse la investidura. La última de ellas, inclusive, tuvo lugar pocas semanas atrás, cuando el Ministerio Público trató de anular los resultados de los comicios, algo que el Tribunal Supremo de Justicia rechazó alegando que se trata de datos “inalterables”, mientras la Corte de Constitucionalidad (CC) ordenó “garantizar” el traspaso.

Asimismo, la Organización de Estados Americanos (OEA), se mantiene cercana a Arévalo y al proceso en general, y adelantó que el próximo 14 de enero estará presente en el país una visita oficial de “buenos oficios”.

Luis Almagro, secretario general del organismo, destacó también que gracias a sus esfuerzos hechos “hasta ahora” se ha conseguido frenar a las “fuerzas que querían evitar que el proceso de transición no prevaleciera” aunque alertó que “esas fuerzas continúan y continuarán después del 14 de enero”.

En ese sentido, Arévalo agregó por su parte que cuando asuma al frente del país lo hará, además de con esta persecución política, con un Congreso sumamente fragmentado en el que las 160 bancas están divididas entre 16 partidos, por lo que “existirán dificultades”.

Sin embargo, sostuvo que “trabajaremos en la posibilidad de generar condiciones de gobernabilidad mediante una alianza amplia” y, sobre el oficialismo, pedirán la renuncia de la fiscal general Consuelo Porras y convocarán a elecciones de jueces el año entrante.

“Estas élites político-criminales, al menos durante un tiempo, continuarán enquistadas en algunos poderes del Estado pero el respaldo con el que estamos llegando -que es amplísimo- nos hace prever que tendremos una gobernabilidad para avanzar. Hay una convergencia de fuerzas de defensa de la democracia determinadas a hacer valer el resultado electoral e iniciar el cambio”, agregó.

De esta manera, Arévalo reiteró que uno de sus objetivos y desafíos de gestión será la guerra contra la corrupción, que requerirá actuar en distintos ámbitos del Estado y generar una política social que la rechace y la combata.

“Crearemos una comisión nacional anticorrupción que irá desarrollándose alrededor de esta estrategia para avanzar en la reforma política, judicial y del Ejecutivo, de las leyes de contrataciones, en evitar el clientelismo político”, adelantó en ese sentido sobre la lucha “sostenida y gradual” que, tal vez, no llegue a acabar pero que, sin dudas, comenzará.

De todas formas, reconoció que existe una gran responsabilidad con el pueblo guatemalteco que lo eligió y confió en él para esta tarea y aseguró que hará todo lo posible por estar a la altura.

“Despertamos la esperanza” en ellos y, por tanto, “necesitarán pruebas de que existe una voluntad real de llevar esta lucha, de que no nos rendiremos ante este pacto de corruptos, y que empezaremos a dar resultados en la gestión para su bienestar”.

Por último, señaló que esta es una oportunidad clave para el país ya que lo que está en juego es “la democracia, la posibilidad de realmente retomar la construcción de un Estado democrático”.

(Con información de AFP y EFE)